martes, 23 de octubre de 2007

"SOMOS TODOS, ES EL EQUIPO"

Nuevo encuentro en el coliseo de Ocampo, esta vez la diferencia en el marcador coincidió con el desempeño de los equipos. Hubo superioridad física y de entrega. Luego de unos primeros minutos de expectación, la Orange arrancó con todo y en poco tiempo marcó la diferencia de 5 goles que finalmente fue indescontable. No sabemos si fue ese cachetazo inicial o una desconcentración generalizada y prolongada de cada uno de los actores del team azul que terminó sumiendo a las individualidades y al equipo en una derrota inapelable. La orange no fue gran cosa, pero el juego ordenado y simple, sumado a la inspiración de una juvenil promesa redondearon el negocio. Fue victoria, fue justa, inapelable. Hubo alguna queja sobre el armado de los equipos dato a tener en cuenta para futuros compromisos.

Calificación

Azul:

Marcelo: 4 .Hacendoso pero apurado, se lo vio algo inseguro. No se le puede criticar el esfuerzo, inconducente e improductivo en este match pero que en otras oportunidades hace la diferencia.

Calo: 4. Flojo desempeño en el lateral, tampoco encontró su lugar en el fondo, por momentos intento desbordes profundos que de tan profundos se ahogaron. No tuvo la marca ni el anticipo de los últimos encuentros. Algún intento electrizante pero de bajo voltaje.

Martín: 4. Perdido en la cancha, sólo al final encontró su lugar, cuando sentado en su auto puso algo de música cubana; venía de dos desempeños elogiosos, cayó en la trampa de la autoestima.

Nono: 4. De esforzado desempeño no encontró con quien finalizar la jugada, generoso de espíritu dio vueltas por toda la cancha sin encontrar la sortija, hasta perdió algún balón que por fuerza propia y temor de Dios del jugador contrario en general ganaría.

Chaly: 4. Ante la adversidad no le sacó el pecho a las balas, tal vez por eso quedó mal herido y no jugó bien. No logró ser salida de su equipo ni logró hacerla entrar en el arco contrario ya que rebotó varias pelotas en los palos, pero eso...en la estadística no suma.

Orange

Fer Soria: 7. Correcta actuación, bien con los pies, hasta se agachó para tapar la ratonera, correcto armado de juego desde la defensa al mejor estilo La Volpe, esta vez no acusó lesión ni ofensa.

Sergio: 7. Sólido en defensa y generoso en el ataque, algo lento en el vendaje. Continúa durmiendo los partidos con su tradicional traguito de agua.

Diego: 6. Voluntarioso, trajinó todo el partido. Algo apresurado, por momentos se arrebató con el balón, sendos zapatazos rozaron los palos, a mejorar la puntería.

Ale S.: 6 .Colaboró en la recuperación, puso su tradicional potencia en la definición, pero no brilló como en otros encuentros, ya que recibió ayuda de sus compañeros quienes le pusieron la pelota al pie y adelante.

Boli: 8. Joven promesa, realizó todo tipo de fintas y quiebres de cintura que descolocaron a la defensa azul. Algo indeciso en algunos pases le quitaron el 9 que hubiera merecido. Jugador a tener en cuenta.

Finalizó un nuevo encuentro, partido intenso jugado como en las viejas épocas de 5 vs. 5, lo que genera espacios y cansancio. El partido no fue parejo ni en e juego ni en el marcador, pudo ser por una desacertada elección de los players o por una conjunción de mala noche de los integrantes de la Azul. Como sea, la orange capitalizó rápidamente la diferencia y les picó el boleto. Se avecina un desafió interesante, 8 vs. 8, para alquilar balcones y talvez una ambulancia. Informó EL GRAAAFICOOOOO, GOOOOOLLLLLLL
Autor: Diego

"FELIZ DÍA, MAMÁ"

Un nuevo cotejo se ha librado sobre el mancillado verde de Ocampo. Testigo de todo tipo de fenómenos paranormales (léase “para anormales”) manos negras, amores, desamores, gambetas, palomitas, caños y travesaños, Ocampo esta vez fue testigo involuntario de la más sofisticada y extrema magia negra boliviana en el marco de un sacro santo día del progenitor de sexo femenino.
El encuentro arrancó parejo y así se mantuvo al menos los primeros dos minutos. A partir de ahí, todo fue para La Orange que manejó el partido a gusto y piacere. La diferencia de gol no se reflejó en la performance de los equipos, si en la cancha. De un lado un equipo ordenado y equilibrado (la Orange) del otro un equipo desparejo y con menos culo que los Kennedy (azul y blanca). Azul y Blanca intentó dar vuelta con corazón lo que sólo la magia podía, anulando el gualicho realizado por encargo con premeditación y alevosía sobre su casaca (y quien la portase) por parte de algún integrante de la orange. Arqueros de calidad y trayectoria innegable convertidos en peleles atrapa balones de playa, defensores aguerridos sodomizados por un niño de apenas 14 años, temerarios delanteros desorientados con los ojitos llenos de llamados a sus mamis.
Fue justo el triunfo de la orange, la humillación de Azul y blanca no.

Calificación:


Azul y blanca

Marcelo:
Des-co-no-ci-do. Un arquero siempre sólido, consistente, valiente. De manos de hierro y corazón templado. Qué pachooooooo? Las pelotas le pasaban entre las manos como si le pateasen canicas, las que iban a las manos le doblaban las muñecas, salió atolondradamente y pasó la pelota con serias manifestaciones de daltonismo. Una tarde para el olvido. Esperamos de corazón desde la redacción de este informe que a la vuelta haya encontrado su casa. 4 (y gracias)

Calo:
El crecimiento de este jugador es más que notable. Su trabajo es sólido y ha desarrollado un instinto especial para estar siempre bien parado en la cancha, saber por donde va a venir la jugada, anticiparse al atacante y proyectarse a los espacios para generar juego de ataque. Sólo tiene una deuda pendiente, pegarle a la pelota. Por lo demás, intachable. 5 (a cobrar)

Martín:
Desparejo. En una misma jugada se perdía y se encontraba a sí mismo. Se lo vio más preocupado por encontrar la relación entre la nariz y el culo que por generar situaciones claras. No perdió de vista el arco ni un solo instante (ni a charly, no sé por qué). Abusó del pelotazo a alguien que suele estar parado donde él tira el pelotazo y se fue a su casa como si no hubiese pasado nada. 6

Charly:
Se paró un poco más en el medio de la cancha y curiosamente fue algo más rápido que de costumbre, las imágenes a cámara lenta del partido así lo certifican. Es un jugador de otro planeta, con una gravedad seguramente distinta a la del nuestro. Pateó a los palos con demasiada insistencia y se llevó uno de recuerdo en el orto. Definitivamente jugó otro partido pero no sabemos cuál. 5,57


Nono.
Le puso más garra que cabeza. Empujó a su equipo mostrándoles el camino, ayudándolos a salir del caos y convertirlos en lo más parecido a un equipo de internos de psiquiátrico. Atacó sin descanso contra el arco orange sin demasiada puntería ni éxito. Contrariado, abría los ojos desesperado mientras se preguntaba si los tipos de azul jugaban a lo mismo que él, incluso, si jugaban con él.
Se fue fastidiado y sin respuestas con los brazos en alto saludando a su público. 6,59 (el kilo)




Orange

Nando.
Un coloso bajo los tres palos. Enorme, gigante el Edmundo Rivero del arco. Un agresivo cancerbero que sólo mostró su lado más humano cuando quiso salir jugando con los pies (creo que son pies). Se notó mucho el trabajo físico de la semana, sobre todo en la zona de glúteos. 8 (hasta en el puntaje tenés orto la rep…)

Sergio
Serio. Aplomado. Menos belicoso que en el último enfrentamiento. Jugó concentrado y distante, como con un nudo en la garganta o un alfajor de maicena atorado en el pecho. Sereno, casi reflexivo, ayudó más a la derrota de la azul y blanca que a la victoria de su equipo (upa!). Bien. 6

Diego
Al fin maduró como jugador!!! Decidió hablar menos y jugar más, dejar el tercer pote de helado del mediodía para la noche y no cagar a patadas a nadie´s. Los resultados fueron más que evidentes. Defendió correctamente (tampoco e-e-eeeeeee) y se lanzó al ataque con velocidad y decisión de vikingo en celo sobre un cabritillo virgen. A pesar de todo, se agrandó y subestimó a un rival que creyó cuasi paralítico, abusando de caños, taquitos y lujos que, sin lugar a dudas, empobrecieron su labor. 5,12 (a llorar a la igleshia)

Ale.
Goleador de raza. Impuso su potencia por sobre cualquier otra virtud. No podemos calificar su trabajo ya que cualquier cosa que pateaba más o menos al arco entraba. Fue como un día de pic nic donde las hormigas te cocinan. De locos. 6 (así cualquiera)

Boli.
Desde el inicio del cotejo se tiró a un costadito poniendo cara de yo no fui. La única marca que tenía era la mirada de reojo y a la distancia de “Triple hoja” Calderón interpretando que se marcaba solo. Terminó arrastrando la marca de tres jugadores mientras el resto se hacía un festín frente a un Marcelo desconocido (habrá llegado a su casa? Realmente estoy preocupado). Apabullante. Caños, gambetas, pisaditas, pases milimétricos al vacío, centros perfectos, goles para el recuerdo. No vengas más nene!! 8 (si te alcanzo, te abrocho).


El domingo se fue habiendo cumplido con el legado de dejar sangre, sudor y lágrimas en la cancha y volver con las piernitas sanas como le prometimos a mamá. Quedó poco y nada para la memoria. Una fecha sin sobresaltos ni discusiones, un partido casi amistoso. Un sencillo homenaje a la mejora de los lesionados (Ale Q, Bocha) y a la pronta recuperación de Ireneo de su adicción al Malbec.

Desde la redacción de Olé-me-el-or-to, informó Cha-ly para toda la comunidad de habla hispana.


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