martes, 12 de junio de 2012

"Todos queremos ser Messi"


El cronista se aproximaba a las instalaciones de “Ocampo Welness Club” cuando divisó a Sergio fumando. Esto no lo sorprendió, a pesar de que faltaban escasos dos minutos para que fuesen las 19 hs., pero sí  lo inquietó el descubrir que Boggio observaba, con mirada lasciva, el cotejo de fútbol que protagonizaban unos jóvenes muchachos. La diestra del mencionado sostenía el faso, la siniestra incursionaba frenéticamente en regiones íntimas de su masculinidad.

Dentro, sucedía lo de siempre. Algunos departían en el vestuario, otros intercambiaban puntos de vista sobre materias diversas en el bar, y los menos se avecinaban al césped para iniciar lo más parecido a un precalentamiento. El incurable retraso de los Sánchez y las chácharas al borde del campo de juego demoraron el inicio del encuentro hasta las 19:10hs. Es un hecho que se repite, ya no jugamos una hora. A lo sumo, 50 minutos.

Nuevamente fuimos once, aunque las denominaciones “estrellas” y “estrellados” ya no tiene vigencia, dado que siempre ganan los que se supone están en el segundo grupo. Ahora que recuerdo, y teniendo en cuenta lo abultado del resultado, las escuadras las armó Fabián, segunda vez que aprovecha la situación para llevar harina hacia su costal. Si bien el partido tuvo un holgado vencedor (fueron siete goles los que sacó el equipo rojo), hubieron pasajes de neto predominio azul, sin lograr que éste se verificara en el tanteador. Los colorados se armaron bien para aprovechar la ventaja numérica en general, y supieron abroquelarse en defensa de suerte que parecieran un bosque impenetrable.



Rojos

Pedro: se afianza en el arco. Sólo falló en un remate tres dedos del Loco, que perforó sus débiles manitas (¿dónde quedaron los guantes que le proveía Jorge?). 6,75

Calo: supo aportar su cuota para que el juego colectivo del rojo fuera consistente. Se hizo presente en el marcador con dos goles. 6,60

Sergio: insólitamente equilibrado, quizás como producto de la situación descripta en el primer párrafo de esta crónica. Buena actuación sobre su andarivel; no recurrió al traguito de agua. 6,90 puntos.

Ariel: baluarte de su equipo, tanto en defensa como en la elaboración de jugadas. Curiosamente desperdició algunos mano a mano, pero se destacó con goles de variada factura. 7,50

Fabián: tuvo ráfagas del “picante” De la Rúa, reventando la red con potentes remates. No desentonó. Se fue un poco más animado, después de la derrota de Huracán por 4 a 2 ante Defensa y Justicia. 6,60

Nico: hábil y muy activo. No tuvo el peso específico de su última función, pero fue importante para su escuadra. 7 puntos.

Azules



Nando: en pobre forma física, le costó mucho llegar a cada pelota. Tapó varias, pero sufrió algunos goles que golpearon su autoestima (especialmente el de Ariel, a la salida de un córner).6,25

Carlitos: puso garra, corazón, y algún remate cruzado de zurda. No se vieron sus habituales firuletes. Se le enviará por correo el curso “cómo marcar al rival en los tiros de esquina”. 6,20

Nono: le faltó precisión en las definiciones. Aportó despliegue y compromiso en la defensa. 6,50

Quiroga: pugnó por transmitir sus nociones tácticas al Loco, sin éxito aparente. 6,80

Loco: anunció su participación a través de un escueto mensaje de texto que rezaba: “Voy para allá. Firma: Lionel Messi”.  Fue el mejor jugador del equipo azul. 7,20



El tercer tiempo derivó en una charla táctica entre el Loco y Quiroga, sin que arribaran a conclusiones unánimes: “cuando voy es porque vengo”, decía uno, “cuando te agaches yo te la pongo”, contestaba el otro. Asimismo nos enteramos de una charla que dará, en Porto Alegre, el Lic.Boggio sobre la personalidad de Macbeth (buena suerte, querido!). Hubo tiempo para regodearse con la tricota que le marcó Messi a Brasil, y hasta para acuñar las suficientes monedas que, a la hora de pagar la cancha, perturbaron la bonhomía de Jorge.

El cronista se despide no sin antes expresar la preocupación que lo embarga por la difícil situación institucional que vive nuestro país, ante la crisis desatada por los problemas de salud de ese baluarte de la democracia, Máximo Kirchner.

 
Autor: Nando