Movida semana la que
precedió a la justa deportiva de Ocampo. Moyano anunciaba paro y movilización, Boca
alcanzaba su décima final de Copa Libertadores (para pesar de Nico), Lugo era destituído
en Paraguay (se dice que los golpistas contaron con el invaluable apoyo de
Mariano, desde Buenos Aires), River regresaba a primera división (algunos
trasnochados simpatizantes se reunieron ¡en el obelisco!, como si hubiesen logrado
algún título internacional), y el “Pájaro” Caniggia volvía a la actividad profesional,
ahora bajo el poco alagûeno apodo de “El abuelo del viento”.
El partido comenzó con mayor
demora de la habitual (Carlitos fue rehén del consabido desprecio de Pedrito
por los horarios), y también con menos jugadores de los confirmados (el Nono
inscribió a Sergio, cuando era conocido por todos que se encontraba en Brasil).
Se armó un primer partido,
de escasos minutos de duración, al comprobarse que había diferencias marcadas a
favor de uno de los equipos. Luego comenzó el verdadero cotejo, que fue
entretenido y parejo, con un equipo rojo que casi siempre estuvo arriba en el
marcador, aunque los azules supieron igualar el score en un par de ocasiones.
El resultado final fue de dos goles de diferencia a favor de los colorados,
aunque la suerte podría haber sido otra si los “blue” hubiesen apretado las
marcas en los tiros libres.
Rojos
Pedrito: ha desarrollado
reflejos a una edad en que tienden a desaparecer. Tuvo buenas intervenciones y algunos
errores. Premio reloj de arena para él. 7 puntos.
Calo: sólido en la defensa,
sin “bloopers” y, con llegada al arco contrario, consiguió un gol. 7 puntos.
Fabián: carrilero neto, se
prodigó por su banda y adelantó los brazos en alguna jugada que mereció el tiro
libre para el rival. 6,50 puntos.
Martín: lejos quedaron los
tiempos en que lanzaba misiles con destino al espacio exterior. Lee mejor los
partidos, asiste con solvencia a sus compañeros, y patea al arco con categoría
(recordamos un tiro por elevación que se estrelló en el travesaño). 7,25
puntos.
Quiroga: se enredó solo en
infinidad de ataques en que su equipo contaba con superioridad numérica.
Prioriza el esteticismo por sobre la efectividad, sin que ello signifique una
mengua en sus conocidas habilidades. 7 puntos.
Ariel: visión de juego y
diversidad de recursos. Ganó y perdió en los mano a mano, pero supo enhebrar
con Quiroga combinaciones de alto vuelo. 7,50 puntos.
Azules
Nando: volvió a un nivel
razonable, después de varias actuaciones en falso. No estuvo desafortunado con
el pie, y hasta sacó algunas pelotas complicadas. 7,25 puntos.
Maxi: jugador que, cuando
enfrenta a este cronista, es implacable pero que estuvo falto de “timing”, tomó decisiones erróneas y estuvo flojo en la
marca. Un “shot” potente que vulneró las manos de Pedrito se registra en su
haber. 6 puntos.
Carlitos: sacrificio,
entrega y el firulete, que es marca registrada, en una buena jugada de ataque.
Sobre el final se resintió de una rodilla, pero su nivel no mermó. 7,20 puntos.
Nono: una gran jugada
individual terminada en golazo. Dinámica constante, ofreciéndose para el pase y
con gran entrega en la defensa. 7,70 puntos.
Nico: desequilibrante aunque
con la acostumbrada dosis de individualismo que lo obliga a la ingesta masiva
de hepatalgina después de los partidos. 7,40 puntos.
En el tercer tiempo, los
diálogos de rigor acerca de la definición de los dos campeonatos, el de la “B”
y el de primera división. Los pronósticos y los deseos para Boca-Corinthians,
las lamentaciones de Carlitos por no haber podido invitar a Luciano, y algunas
palabras destempladas de Pedrito hacia este servidor.
Detrás del mostrador,
mientras tanto, un hincha riverplatense, resignado a esta época de vacas
flacas, festejaba un título de segunda categoría luciendo bufanda con los
colores rojo y blanco.
Me despido con una pequeña Trivia,
que consiste en responder quién es el autor de la siguiente frase:
“Me conmueven las menudas
sabidurías que en todo fallecimiento se pierden, hábito de unos libros, de una
llave, de un cuerpo entre los otros”.
Autor: Nando