lunes, 5 de mayo de 2008

"CRÓNICA REVOLUCIONARIA"

Para el análisis del match dominguero de Ocampo, llevado a cabo ayer (un claro anticipo de la final de la “Champions League”), me contacté con especialistas en distintos campos: un psicólogo, un parapsicólogo, una bruja, un proctólogo y un carnicero. La conclusión coincidente es que el culpable fue Cha-ly y su absurda idea de querer divertirse mientras juega, sin entender las explicaciones del Doc que, enérgicamente, le explicaba que para divertirse está la “Play Station”.

Más allá de la humorada esto es casi fútbol señores, y la cabeza juega.Sobre todo en nuestro caso, tanto o más que las piernas. Ayer debió triunfar el Manchester y seguramente las diferencias alcanzadas en dos oportunidades de 4 goles y la planteada desde el vamos por el hombre de mas, invitó al equipo a relajarse y ceder contraataques al Chelsea. La flúo aprovechó los momentos que el juego se presentó no como juego de conjunto sino como juego de individualidades y se recuperó de las desventajas en dos oportunidades, siendo la segunda de un efecto desmoralizador definitivo para el partido. Arrancó el juego con Ire bien de punta a espaldas de la ultima línea de Chelsea y cada ocasión en que después de hacer circular un poco la pelota desbordaban, era gol del Manchester.Así de fácil resultaba ya que la marca en el Chelsea estaba a cargo del jugador que no estaba en la cancha, al mismo tiempo esperaban ordenados en el fondo y no daban espacios mas que para algún intento muy individual. Así llego la primera diferencia de 4 y la primera siesta, allí aparecieron mas espacios y privo la individualidad del equipo flúo. El resto fue igual hasta que terminó el partido pero con diferencia para el Chelsea. ¿Por qué? Porque esto es así y si querés ganar tenés que meter hasta el final sin importar si vas ganando o si son menos que nosotros. Y porque ganar no es todo en este juego.
No hay valoración individual posible para mí, ya que el equipo que lo ganaba también lo perdió por méritos propios. Destacables el Doc y Ale Q por sobre el resto que apenas acompañó el desarrollo del partido acertando y perdiendo de acuerdo al momento pero, salvo éstos, no intentaron torcer el rumbo del match.
Autor: El comandante