martes, 14 de diciembre de 2010

"Partidazo II"

A ponerse de pie, señores. En otra jornada templada y diáfana, nos encontramos con un cotejo memorable desde cualquier punto de vista.
Usted dirá que exagero y le digo que no está en lo cierto.
Categórico el cronista…
En esta oportunidad se presentaron 12 participantes al banquete celestial.
Un desparramo de jugadores.
Como indica la avezada matemática, 6 p’a un lado y 6 p’al otro.
Azules contra Rojos se ha dicho.
Cuando vuelvan a observar las escuadras, notarán una ligera diferencia técnica a favor de los Rojos. Y así fue, muchachos. Éstos desplegaron en los primeros 20 minutos lo mejor que se haya visto en Ocampo. Una pinturita…
Toques de primera, cabezas levantadas, desmarque, proyecciones, relevos y pelota al pie para volver a ponerse de pie y decir:
¡ Esto es fútbol!
La cuestión venía de paliza.
Los Rojos empezaron con 4 de ventaja y bien merecida, más allá de la polémica en torno a un gol convertido con el golero azul fuera de juego por equívoca interpretación.
Un lujo observar paredes construidas entre todos, con los hermanos Ariel y Camilo inspirados, Quiroga apoderándose de la media cancha, y Carlitos y Luciano como soporte.
No obstante, los Azules le pusieron el pecho a las balas, pusieron el tesón necesario y a pura voluntad lograron reducir semejante ventaja inicial hasta llegar a la paridad y lograr sacar la mínima tajada en dos oportunidades. ¡Increíble!
Usted dirá que le encontraron la vuelta al partido y estará equivocado.
Aquí operó un margen de impericia a la hora de definir (para los Rojos) y una enorme voluntad puesta por los Azules, gracias a la capacidad de definición del Loco y Ale S. Éstos bien apoyados por Sergio, que fue discontinuo en defensa, Calo (un bastión en el anticipo) y Martín, que supo leer las falencias del rival.
Nada podemos decir de los goleros, quienes se lucieron en ambos bandos por igual.
El encuentro ganó en intensidad sobre el final, con cierta decaída en el nivel superlativo del inicio, pero con resultado abierto hasta la última polémica, o el sonido de la chicharra de nuestro Jorge para decretar un empate final.
Recordemos que debido a la docena de los participantes, se esperaba un juego reñido, de fricciones y juego enmarañado en la mitad. Ni por asomo se cumplió esa expectativa. En hora buena…
¿Merecido el resultado? Me atrevo a decir que no hay justicia en el fútbol. Esto todos lo sabemos. Hubo una escuadra que dio cátedra en el nivel estilístico (el Rojo). Hubo otra que nunca le encontró la vuelta a la cosa, pero trabajó sobre sus limitaciones con vitalismo y esfuerzo (el Azul).
En lo personal destacó con mayúscula lo ofrecido por la escuadra Roja en la primera mitad. ¡Un lujo nunca visto!
Luego del partidazo, una breve estadía en el tercer tiempo para intercambiar opiniones y agradecer el espectáculo ofrecido, que estará por encima de las palabras que le rinden tributo.
Orgásmica la ocasión, muchachos.
Ahora la reseña.



Azules:

Nono: Lo tuvieron a maltraer en la primera mitad con numerosas llegadas. El tipo respondió. Tuvo una antológica demostración de reflejos al tomar el balón sobre la línea cuando la empujaba con displicencia Ariel tras pase de Quiroga en un mano a mano. Correcto bajo los palos y seguro en la salida.
7, 50 puntos.

Calo: La saeta cumple en función anticipatoria una labor encomiable. Fue devastado por los cruces en ataque del rival, pero siempre supo pararse en el lugar adecuado.
7 puntos.

Sergio: Desvarió en función defensiva (una de cal y otra de arena), pero supo elevar su nivel en la segunda mitad. Autor de un gol de excelente factura (media vuelta de zurda junto al palo).
7 puntos.

Martín: Cuando el vasco quiere lujo, labura bien su memoria y la gasta. Se excedió con pelotazos al vacío, pero supo leer con sapiencia los puntos débiles del rival.
7, 30 puntos.

Loco Smith: Y sí Loco, hay que acostumbrarse a jugar en una baldosa, girar rápido, sacarse al hombre de encima y pasarla. Siempre le faltó espacio para desplegar su juego, pero fue decisivo a la hora de confiar en el gol, poner el alma y decidirse. Un gran lector de las defensas rivales.
7, 50 puntos.

Ale S: De menor a mayor. Se replegó, le costó encontrar su lugar en el mundo, pero en la fase final fue decisivo a la hora de llevarse a los Rojos por encima. Notable entrega y prestancia ofensiva.
7, 60 puntos.


Rojos:

Nando: Un muchacho apocado y correcto. Muy buenos anticipos. Veloz en los achiques.
7, 50 puntos.

Carlitos: Gran labor defensiva. En el toqueteo del medio juego se lució. Faltó 5 p’al peso a la hora de definir.
7, 40 puntos.

Luciano: Un economista en el arte del balompié. Con poco hace mucho. Siempre se desmarca, asiste con precisión y se metió en la temperatura del cotejo.
7, 20 puntos.

Quiroga: Otro muchacho que deja el alma. Como es costumbre, se excede en la retención del balón. Pero supo pegarle al arco y con eficacia.
7, 70 puntos.

Ariel: Toca y toca y toca. Gran observador y asistente. Participó en numerosas jugadas de lujo. Mágicas algunas de sus pinceladas. No se le perdona cierta displicencia.
7, 50 puntos.

Camilo: A ponerse de pie, muchachos. Lujo y entrega. Tipo que abre el juego y cuando dispone del menor espacio le da con furia al balón. Se mueve y se desmarca constantemente. PREMIO CHAMIGO.
8, 30 puntos.


Hemos compartido una jornada inolvidable.
Ha superado cualquier expectativa.
A mi entender, el partido del lustro.
¿Qué más agregar?
Y…decir que la sigamos a la vaca.

Recomendaciones de la semana:
Libro: “Sábado” de Ian Mc Ewan
Música: “Sin tiempo” de Luis Salinas.
Film: “El beso del asesino” de Stanley Kubrick

Fuerte abrazo a cada uno de los apóstoles.

Autor: Nono