martes, 13 de julio de 2010

¡De ninguna manera!

Esa fue la frase categórica, el sapucay, la fuerza primigenia que funcionó como un himno para él mismo y sus compañeros, emperifollados de rojo, mientras eran vapuleados en los primeros 13 minutos e iban perdiendo por la friolera suma de 4 a 0. Pintaba para derrota humillante, no jodamos. Sergio suplicaba un cambio de equipo con anuencia de algunos miembros del clan Azul y el Nono dijo que esperáramos un poco.
Entonces irrumpió la sentencia del Loco Smith: ¡De ninguna manera!
El aliento descendió de alguna dimensión estelar y el doparti, cosa de mandinga, dio un vuelco paulatino, impensado, a fuego lento.
Pero vayamos por partes, caso contrario, Mano negra me censurará.
Regrese al orden, Nono.
Y uno lo oye, toma en cuenta la sugerencia y logra centrarse.
Los muchachos arribamos al cabo de una extensa final en la que nuestra Madre Patria se alzó con su primer campeonato mundial. ¡Y en hora buena, coño! Fue merecido.
Otros celebramos que eligieran a Forlán como mejor jugador de la Copa.
En la previa se organizaron los equipos por mail.
El viernes la voz del Comandante dijo que con Quiroga transitaban por los mismos sectores de la cancha y, en definitiva, fue el Comandante para un lado y nuestro Sergio hacia el otro lado.
En esos primeros 13 minutos los Azules dieron cátedra, señores.
Notables combinaciones entre Carlitos, Martín, Rubén y Ale S decretaron una superioridad rotunda.
Pases precisos, contragolpes furtivos y definiciones certeras para alcanzar en tan poco tiempo una ventaja letal.
Luego lo mencionado anteriormente.
¿Y entonces? Entonces cambió el rumbo de la historia del modo menos pensado.
Los Rojos se ordenaron, Sergio y Calo se acomodaron al cabo de una siesta inicial y el juego simplemente se emparejó, se volvió cerrado, ajustado, sin dar ventajas. Los Rojos, envalentonados por el mandato del Loco, lograron arrimarse y crear varias opciones muy bien contenidas por el golero azul. Y el gol tampoco llegaba.
Siguieron numerosos intentos hasta que el cerco se abrió y los muchachos se entusiasmaron. Fue ligero el entusiasmo, pero renovador y con promisorios bríos. Sergio tomaba el control del balón, el Nono generaba llegadas y fluidas asistencias, Quiroga se esmeraba y abría la cancha mientras el Loco afinaba la puntería después de algunos inevitables aullidos de costumbre.
Llegó otro descuento y la atmósfera cambió. Digamos que un equipo se apoderó del balón y en silencio minaban la vitalidad azulada. El juego fue movido, intenso, de mutuo estudio, pero los azules cometieron el error de rifar el balón en lugar de salir jugando con el criterio inicial.
Luego arribó un nuevo descuento y la cosa fue de castaño a oscuro.
¡Se puede!
Sin descuidar el fondo, trataron a la Jabulani con prudencia y buen tino, aprovechando el mareo teñido de azul.
Llegó un golazo de Quiroga (Sergio dijo que podía ser el gol del año) y la igualdad.
¡Se puede!
Claro, tb se pudo perder en un remate a quemarropa de Ale S y Rubén que fueron contenidos por el golero rojo.
A escasos minutos del final Quiroga, en un corner, apuntó el buscapié al torso interno del golero azul, la puso donde debía y así llegamos al increíble 5 a 4, celebrado por los rojos con fruición.
Quedaron algunos minutos más para el suspenso y la marea roja los llevaba por delante, de tal modo que Sergio se perdió 2 goles inverosímiles. Uno la contuvo o lo empujó con el abdomen y Nando la retuvo en la línea. La otra fue imperdonable, ya que con pierna izquierda la toca sin arquero y la manda junto al palo, pero del lado externo.
La chicharra de Jorge decretó un final que “de ninguna manera” podía presagiarse, muchachos.
Luego, en el tercer tiempo, se dijo con autoridad que el equipo Azul perdió el doparti por propia displicencia, más que por mérito del Rojo. Es cuestionable y tb razonable.
El cronista se atreve a reunir ambas posturas en un mismo argumento.
He aquí las reseñas:


Azules:

Nando: Muy buena faena del golero azul. Ha tapado numeroso remates, anticipó y se la jugó en varios mano a mano. Gran recuperación del hombre. Me pregunto: ¿su reseña no eleva el mérito del rival para dar vuelta el cotejo?
8 puntos.

Martín: De mayor a menor. Gran comienzo, con cabeza levantada, pase al pie y buen despliegue. Luego fue cayendo en las redes del pelotazo, aunque nunca bajó los brazos en defensa.
6, 70 puntos.

Carlitos: Es jodido describir al ventilete. Alterna muy buenos lanzamientos laterales, con capacidad para definir y ganar en velocidad. Luego entra en penumbras de indecisión en el manejo del balón cuando se requiere prestancia en defensa. Notable entrega y buenos anticipos.
7 puntos.

Rubén: Empezó para figura y su peso ofensivo decayó con el paso de los minutos. ¿Acusó cansancio? Demoledoras sus definiciones iniciales.
6, 80 puntos.

Ale S: El hombre puso todo. Fue decisivo en esas ráfagas iniciales, cumplió al bajar y las buscó siempre. Gran despliegue físico y esmero.
8 puntos.


Rojos:

Nono: El arquero estuvo híper activo. Lo masacraron en los primeros minutos con definiciones perfectas y luego tomó la rienda como un último hombre, manejó la salida y se atrevió a asistir y lanzar dardos al arco contrario.
8 puntos.

Calo: En el comienzo se mandó cagadas por doquier, no terminaba de ubicarse en defensa con Sergio, pero luego, poco a poco, se ordenó, estuvo muy atento y anticipó las intenciones rivales.
6 puntos.

Sergio: De menor a mayor. De entrada estuvo desconcertado y sin reacción. Luego, al recibir el mandato tribal (casi convertido en erección), el jovato hilvanó numerosas jugadas con Quiroga y el Loco, cambió su sentido del juego y lo fogueó de lo lindo a Nando. Oportuna metamorfosis.
7, 40 puntos.

Quiroga: El tipo la pide, la detiene, la amasa, la esconde y busca al compañero desmarcado. Autor de un golazo y de otro más al tono de nuestra ”viveza criolla”. Voluntarismo a ultranza. Muy buena jornada para nuestro ex Echarri.
8 puntos.

Loco Smith: Su voz fue el hechizo que necesitaba el partido para construir el milagro que nunca es tal. Hombre de fe a más no poder. Siempre la pide, se desmarca y anticipa los errores defensivos del rival (a veces reclama lo insensato, como esa mano de Carlitos). Gran duelo con Nando.
8 puntos.


Muchachos: las vivencias no engañan, mientras que las palabras transitan por terrenos sinuosos, abismales y peligrosos.
Fuimos testigos de un partido cambiante, emotivo, cerrado y con final abierto.
Los ojos nutridos por los latigazos de un equipo y por la parsimoniosa capacidad de reacción en el otro.
Tiempo al tiempo.
Se agradece a cada participante por su entrega y buena predisposición.
Podemos decir que se cumplió con el fair-play. Ha habido escasas maniobras para la polémica.
Tb podemos decir que los muchachos nos estamos adaptando a jugar con la Jabulani.
Recomendaciones de la semana:
Film: “La elegancia del erizo”, francesa.
Libro: “Nocturno hindú”, de Antonio Tabucchi
Música: “Milongueros” de Esteban Morgado Tango Quartet
Fuerte abrazo a cada uno en plena temporada de invierno.
¡A cuidarse!

Autor: Nono