martes, 27 de marzo de 2012

"La repetición"

Desde el vamos nos repetimos con la llegada del otoño, con los 11 participantes, con ciertas
tardanzas, el armado de los conjuntos, la disparidad, los caprichos personales, las previsibles artimañas y el previsible resultado cantado de antemano.
Carlitos fue el primero en arribar y nuestro Pedrito, su hermano mayor, p’a variar, el último con el Loco. Anaranjada para ambos y sin quejas. ¡¡Guay!!
Luego de un vendaval, las nubes se reubicaron y dejaron que los muchachos llegasen sanos y salvos a la gramilla de Ocampo. Así sucedió, aunque un par de horas atrás corriese un río por la calle Ortiz de Ocampo junto a los desechos de la Su Gimenez y Teresa Calandra.
El archiconocido 5 contra 6 se conformó.
Azules contra Rojos y a jugar se dijo.
Las estrellas azuladas con el equipo favorecido y los valientes estrellados con el hombre de más y un rendimiento que dejó mucho que desear.
De entrada fue desparejo, a no joder. Y se notaba.
Le agregamos que los muchachos azulados sintonizaron de
modo fino y lucieron su mejor postal colectiva.
Del otro lado la confusión se multiplicaba, para qué negarlo.
Fabián Dib y el Nono achicaban, hacían pressing y salían como liebres. Quiroga estaba entonado con su magia, apoyado por un Loco que fue de menor a mayor y mostró sus mejores cualidades en la definición y la marca por anticipación. De tal modo que Nando, de buena performance, laburó poco.
El problema es que los rojos se perdieron en la maraña de sus propias redes. Calo y Fabián de la Rúa por debajo de su nivel. Pedro a los gritos pelados por la escasa resistencia de sus defensores (¡hay que poner mejor las manos cuando atajás, Pedro!).
Sergio y Carlitos entonados, los únicos, quienes ponían garra, empuje y temple ante la adversidad. Y nuestro Ariel desconocido, debido a esos botines faroleros de ambigua identidad sexual, que no metía una.
El panorama era previsible.
Las diferencias se acrecentaban. Los espacios, para los azules, se abrían y extendían. Llegaron las ráfagas de goles, los toques, el desmarque y la precisión.
Los Unos y los Otros.
En un momento dado, los rojos se encontraron, Carlitos puso furia y convicción, sostenido por algunas asistencias de Ariel y el buen criterio del vejete Sergio para descontar, entusiasmarse y quedar a 3 goles.
Duró lo que dura un suspiro.
El Nono llegaba solo, el Loco empezó a mandarla guardar, Quiroga a regodearse y Dib a trabar todas y lanzarse por su carril con fe
espartana.
¡El fondo rojo era un colador!
En definitiva la diferencia fue de 7 goles.
Justa y lapidaria esa diferencia.
Vayamos a la reseña individual antes que me caiga del sueño:

Rojos:

Pedro: Bailó con la peor, utiliza muy bien el achique y los pies, pero es golero. A retener con esas manos que Dios te dio…
6, 30 puntos.

Ariel: Qué querés que te diga. Esos botines son limítrofes y no han tenido su bautismo de fuego. Faltó puntería y decisión. Ojo que este muchacho la va a descocer en cualquier momento. ¡Qué vuelvan esos championes de antaño!
6 puntos.

Calo: Nunca encontró su lugar en el mundo. Hizo lo que pudo ante los acechos del rival, pero se prendió en la confusión generalizada. Fuera de tono.
5, 80 puntos.

Sergio: Gran despliegue. Marcó, defendió y se lanzó con muy buen criterio. Claro, le faltó la puntada final. Sobre todo en una gran maniobra personal, donde dejó a 3 en el camino, llegó solo ante el golero y entregó una macita.
7, 70 puntos.

Carlitos: El muchacho de Chaca puso lo que había que poner y jugó muy bien. Autor de varios goles y muy buenos intentos laterales. Tiene sus lapsus de ausencia, pero se destacó. Viene en alza. 7, 70 puntos.

Fabián de la Rúa: Una sombra de sí mismo. Siempre intentó, trató de organizar al equipo, pero no le daban bola. Nunca despuntó su caudal de juego.
5, 90 puntos.


Azules:

Nando: Se le escapó un gol de Carlitos. Recuperó la regularidad, tuvo criterio en la salida y tapó algunas. El tema es que llegaron pocas veces los rivales por propia impericia.
7 puntos.

Fabián Dib: Gran labor defensiva. Las peleó todas y con éxito. Notable entrega y muy buen desplazamiento ofensivo.
8 puntos.

Nono: El finoli de la contienda. Puso su cuota de asistencias y definiciones justas. No entró tanto en juego, pero lo hizo con mucha efectividad. Siempre estuvo desmarcado y solo.
8 puntos.

Quiroga: Como de costumbre, aunque venía con problemas intestinales, fue el dueño del medio campo e impuso su cuota de magia y juego bonito. Se entiende muy bien con el Loco. Algo más que afinidad hay allí…
8 puntos.

Loco Smith: De menor a mayor. Casi no se lo oyó. Eso dijo mucho, Loco. Gran estratega al tapar la salida del rival. En la segunda mitad afloró su confianza.
7, 50 puntos.

Hemos compartido una jornada despareja, pero entretenida y de encomiable disposición al juego colectivo. Algún fallo polémico menor (¿fue falta la del Loco sobre Sergio al pisar éste le balón y caer?) y agradecemos la buena disposición de los participantes al sentido común para tomar agüita, aguardar la recuperación de algún lesionado y no tomar ventajas extra deportivas.

Me arrojo a las frazadas con estas recomendaciones:

Film: “Érase una vez en América”, de Sergio Leone.
Libro: “Oscuramente fuerte es la vida”, de Antonio dal Masetto.
Música: “Paris”, de Supertramp.

Me despido con un fuerte abrazo y la bolsita de agua caliente bajo las sábanas.

Autor: Nono.