martes, 22 de mayo de 2012

¿Fue gol o no?


Cada vez atardece más temprano en este otoño porteño lo cual, unido a la inevitable melancolía de un domingo por la tarde, conforma un cóctel  “depre” de difícil digestión. Los muchachos, sin embargo, tienen su seguro antídoto: el partido de las siete de la tarde en Ocampo.

Se encontraron, una vez más, departiendo de temas varios. Algunos de ellos, pundonorosos difusores del acervo histórico nacional, tuvieron tiempo para intercambiar opiniones acerca del próximo 25 de Mayo. Hubo una compulsa para determinar la figura histórica más importante de nuestro país, llegándose a la unánime conclusión de que tal honor correspondía a Guillermo Brown. Un añoso, matusalénico  y obsceno Jorge dio, por toda respuesta, un gesto que consistió en agarrarse los genitales. En fin, una muestra más de que ve fantasmas por todas partes.

Con superpoblación de jugadores (fuimos doce) y con cierto retraso, comenzó un cotejo que fue, ante todo, parejo, con buenas jugadas, una ventaja casi definitiva de cuatro goles a favor de los azules, remontada roja y resultado abierto hasta después del partido. Esto último hace referencia, claro está, a la indefinición de la última jugada del cotejo.

Como el cronista se encontraba en el extremo opuesto, se abstiene de pronunciarse, pero no de señalar algunas situaciones curiosas.  Pedrito, mal ubicado para observar dónde había dado el balón, y acuciado de una creciente presbicia, juramentaba que la pelota no había ingresado por entre 4,5 y 5 milímetros.  Quiroga, desde mitad de cancha, daba similares precisiones.  El Loco, que “no quiso robarle a nadie” en otras jugadas del partido, se enfrascaba airadamente con Sergio (otro inhabilitado para hacer que su voz sea considerada imparcial). Ale y el Nono estaban convencidos de que el tanto había sido válido. Resumiendo, cada uno sabrá, en su corazón, que fue lo que pasó, pero recomendamos a los integrantes de la escuadra roja buscar la iglesia más cercana para confesar sus pecados.

En el medio, sucedieron varias cosas. Un Loco aullando desde antes del puntapié inicial, con Carlitos poniéndole límites con la palma de su mano alzada al mejor estilo Cristina Kirchner, Jorge salivando desde el banderín del córner, y Sergio jurando que una pelota que hizo carambola a tres bandas entre sus piernas no lo había tocado.



Puntaje

Azules

Nando: tuvo dificultades para acostumbrarse al tamaño de la pelota. Se vió perjudicado por un par de rebotes que terminaron en  el fondo de su valla. Resolvió bien en algunas situaciones. 7,20 puntos.

Sergio: el Barros Schelotto de Ocampo. Irrita al rival con su impar criterio para interpretar jugadas o para hacer pausas en momentos claves del partido. Será largamente recordada una jugada que sintetizó con la frase:”Nunca la toco” (algunas mal pensados creyeron ver una alusión a la señora Boggio). En lo estrictamente futbolístico cumplió. 7,20

Fabián: con un Globito pinchado planeando sobre sus hombros, este jugador no encuentra el consuelo ni la pólvora que lo destacó en un lejano partido. No obstante, tuvo más despliegue que el habitual y una faja que lo hacía ver más estilizado. 6,70

Ariel: ya estamos acostumbrados a su clase. No obstante, creemos que la superpoblación del terreno de juego no le permitió sacar provecho de su mortífero remate de media distancia. Asimismo, fueron interceptados varios de sus pases.  Siempre, de todas maneras, en buen nivel. 7,40

Ale: sobre el final se lo observó buscando el aire que no llegaba desde Rosario. Seguramente pagó las consecuencias de jugar en forma discontinua en esta temporada. Mientras reguló fuerzas, fue desequilibrante; le faltó colaborar un poquito más sobre el final en defensa, para cerrar el partido. 7,50

Nono: otro que se destacó en medio campo y ataque, pero que desoyó las voces de quienes lo reclamaban en funciones de contención, cuando los rojos se venían encima, y los azules estaban exhaustos. 7,35



Rojos

Pedrito: por debajo del nivel que lo llevó a obtener una nota distinguida la semana anterior. Sacó algunas bolas, se quejó de quedar solo frente a cuatro atacantes, y polemizó (con una acritud que por momentos desdibujó su eterna sonrisa a lo Ronaldinho) con Sergio. 7 puntos

Calo: suscribo las palabras del Nono para afirmar: ya no es sorpresa. Notable evolución para consolidarse como un importante valor defensivo, que se proyecta, a veces, con fortuna (como en el gol que anotó). 7,25

Martín: buen rendimiento del jugador doblemente rojo. Se alterna entre el ataque y la defensa, con bastante claridad de juego. 7,30 puntos.

Carlitos: los vahos del locro ingerido un rato antes no le impidieron realizar una buena faena.  Impetuoso y batallador, autor de una cabriola a lo Carles Puyol ante la marca del Nono. 7,20 puntos.

Loco: el tipo es un competidor nato. Eso le da un plus a los partidos en que juega, más allá de sus habituales desbordes retóricos. Condujo a su equipo hacia una épica remontada. 7,50 puntos.

Quiroga: convirtió un elegante gol por encima del arquero. Dilató menos que de costumbre las jugadas, buscando con mayor frecuencia el arco. Buena tarea. 7,45 puntos.


El tercer tiempo nos sorprendió analizando las infinitas oportunidades que genera el recientemente abierto mercado angoleño, con Jorge ofreciendo  dólares “blue” para la venta (pero con la cotización del oficial),Boggio posando para la posteridad en una pose indudablemente faraónica y Pedrito sosteniendo por enésima vez que la pelota no había entrado en su arco y que Saddam sigue vivo.

El cronista se despide recomendándoles que, si por algún motivo deciden ir a ver “El último Elvis”, eviten hacerlo en un día en que estén medio bajón.

Autor: Nando