martes, 26 de abril de 2011

"Domingo de Resurrecciones"

La Semana Santa ya no es lo que era en nuestra lejana infancia. Nada de “Vìa Crucis”, ni visitas al Sagrario, por no mencionar el olvidado ayuno y la remota abstinencia. Desprovista de todo sentido religioso, es una ocasión que los más aprovechan para hacerse una escapada turística y los demás para dedicarse al nunca bien ponderado ocio. Existen, sin embargo, quienes buscan revivir, aunque màs no sea metafóricamente, las fechas que el calendario cristiano evoca. Tenemos, por ejemplo, a Fabiàn. El tipo estaba en la disyuntiva entre ver “La pasión de Cristo”, de Mel Gibson, o ir al “Tomàs Ducò” a ver a Huracàn. Escogiò la segunda opción, con un resultado igualmente doloroso. Los menos sacrificados buscaron caminos para celebrar el Domingo de Resurrecciòn. Fue el caso del Comandante, quien regresò a las canchas luego de un prolongado paréntesis, de Palermo, quien retomò su romance con la red, y del equipo rojo, que experimentò lo màs aproximado a la Gloria. George prefirió encarnar a Judas Iscariote, un papel que no vacilamos en afirmar que està hecho a su medida, y cuya aparición en escena se narrarà más adelante.

La cosa fue más o menos así. Luego de un nada promisorio comienzo del cèlebre “Listado”, se apuntaban màs ausencias que presencias. Como siempre, éste tipo de circunstancias suele devenir, a la postre, en su opuesto: la abundancia de jugadores. Se organizò , entonces,un 5 contra 6. A poco de iniciado el cotejo la escuadra azul conseguía dos goles de ventaja. Quiroga proponía, prematuramente, efectuar algún cambio que equilibrara las acciones. El equipo rojo respondió contundentemente: saque de mitad de cancha, proyección de Carlitos por izquierda y violento remate de “La la là” al medio del arco, que encontró “distraído” al guardameta-papafrita. Boggio experimentò un inmediato desequilibrio anìmico. Apoyó una rodilla en el suelo, se crispò su cara y con el puño derecho golpeaba el aire al tiempo que bramaba: “¿Por què tuviste que decir eso Quiroga?, ¿por què?, ¿POR QUÈEEEE???”
No obstante, el partido siguió favoreciendo a los de azul, quienes llegaron a estirar su ventaja hasta los tres goles. Los rojos no se entregaban, pero les demandarìa media hora igualar el marcador. A partir de allì, la debacle “blue”. No les salìa nada, Boggio deambulaba por la cancha (“¡Si no querès jugar, andate!”, le espetò un impiadoso co-equiper). Sergio Griffo rumiaba incomprensibles reflexiones acerca de lo que hay que aprender en la vida y los deberes de todo empleado de “drugstore” que se precie de tal. Los rojos cotizaban en alta, mejorando notablemente su juego y obteniendo diferencias irreversibles. En este marco ocurrió un hecho cuasi delictivo. Quien escribe estas líneas se torció fuertemente el tobillo y abandonò por unos minutos el terreno de juego. Un solìcito Jorge le ofreció hielo para aplicar sobre la zona afectada, conduciéndolo hasta un sector de la trastienda desconocido hasta entonces. Grande fue la sorpresa del cronista al escuchar, a sus espaldas, que una puerta era cerrada con llave. La voz aguardentosa del veterano amenazaba: “¡Te vas a quedar ahì toda la noche!”. Por supuesto que ante los furiosos golpes del secuestrado sobre la puerta de la improvisada mazmorra, el anciano carcelero accedió a abrir. Hizo el gesto de devolver las cuarenta monedas de plata percibida por su vil traición, pero ya era tarde.
Regreso del arquero al partido, para colaborar con la goleada azul, que se materializó en un lapidario 9 a 0.

Azules:


Pedrito: Hace tiempo que no lo vemos rendir al nivel de sus primeras actuaciones en el arco. Hay que decir que su equipo se desmoronó en la segunda mitad y lo dejaron abandonado en la trinchera. Hizo lo que pudo. 5 puntos.


Hernán: jugador de “look” ochentoso. Corre, mete y cada tanto remata al arco. El final lo encontró abatido, dirigiéndose raudamente a la bodega de la que es propietario para mitigar sus penas. 6 puntos.


Sergio Boggio: inimputable. En el tercer tiempo seguía afirmando que todo se fue al demonio cuando Quiroga propuso cambiar los equipos. Hacia el final sacó a relucir algo de temple y desbordó por el andarivel izquierdo. 4,5 puntos.


Martín: acusó varios kilos de más y su juego lo sufrió. Se celebra su retorno. 5,4 puntos.


Sergio Griffo: diez minutos auspiciosos, cincuenta minutos anodinos. Fue bien contenido por la defensa rival. En dos reencarnaciones más va a lograr sostener el mismo nivel durante la hora de juego. 5,30 puntos.


Quiroga: irreconocible. Nunca consiguió gravitar del modo en que nos tiene acostumbrados. No pudo o no supo doblegar al intratable arquero rival. ¿Mal de amores? Su mancebo no fue de la partida y las consecuencias no se hicieron esperar. 5 puntos.

Rojos:


Nando: tarde inspirada, que incluyó un penal atajado. Como deberá ausentarse varias semanas por lesión, aprovecha a tributarse una nota de su agrado. 8 puntos.


Carlitos: arrancó como defensor y arquero-lìbero, evitando la caída de su valla con intervenciones a lo Kempes contra Polonia en el Mundial ´78. Buena faena. 7,50 puntos.


Luciano: atildado, elegante, se luciò cuando el equipo encontró fluidez en su juego. 7,50 puntos.


Gerardo: un recién llegado que no desentonó, caracterizándose por la construcción de paredes que concluían en ladrillos que se incrustaban en la humanidad de Pedrito. 7 puntos.


Loco: registró algunos agudos digno de una mezzosoprano. Batalló, jugó, e hizo goles. 8 puntos.

Siguiendo la tradición iniciada por el cronista crónico, aunque con un giro que pronto descubrirán, van aquí los recomendados de la semana.


Cine: “Tuya será la tierra y todo lo que ella contenga”, cortometraje dirigido y coprotagonizado por Sergio Boggio.


Múscia: “Wild Horses”, en versión de Calo, al piano.


Libro: “Círculos”, del Nono.


Autor: Nando