jueves, 28 de mayo de 2009

"El hijo pródigo"

El fin de semana se perfilaba interesante, sábado de sol, siestas por doquier, lunes sin trabajar comiendo locro y pastelitos dulces.
La promesa de un fútbol entre amigos (y Quiroga) hacía del domingo un día peronista.
La mesa estaba servida, los jugadores ansiosos esperaban la orden de un locuaz Jorge para empezar a despuntar el vicio y poner el cuerpo en movimiento.
La ansiedad por el retorno de un jugador era mucha; expectativa, emoción, algarabía, sólo faltaba Carlitos gritando ¡lalala¡¡¡¡ para poner el marco justo a semejante momento.
A los pocos segundos todo trastocó a desilusión, dolor, apatía, fastidio y porqué no, como diría D´elia, “oooodio visceral”, la esperanza se esfumó como ahorros argentinos bajo gobierno justicialista. Nada quedaba de la ilusión del regreso, sólo la sensación de fracaso, todos lo esperaban como al hijo pródigo que volvía arrepentido luego de alimentar cerdos, pero el que volvió fue una sombra......¡Manuel que mal jugaste por Dio´!!!. Gran tipo, eso no hay duda, tipaaaazo diría pero el desempeño futbolístico un horror.

El resto no desentonó. El partido se inició vibrante con una leve superioridad táctico-técnica de los Azul y blanco. Firmes en el fondo, incisivos en el ataque y con dominio territorial, los Red poco pusieron al inicio, con un arquero en babia, una defensa enclenque (no en el peso, sí en el juego) y con un medio y ataque algo pasivos, más preocupados en ver errores ajenos que propios.

Promediando el match, el Azul y blanco ganaba con comodidad por más de 4 goles, mérito del equipo y demérito del Red que jugaba mal. Acciones individuales que terminaban en contraataque y más reproches. La delantera Azul y blanca se regodeaba y avanzaba a pura fuerza en un duelo de panza con la defensa de los Red. Duelo que inicialmente ganaban en todo sentido los Azul y blanco.
Por el lado de los atléticos delanteros Red corridas que terminaban frenadas por la defensa, el arquero o el fuera de campo. Todo hacía vislumbrar un resultado aplastante.
Pero como el fútbol es pasión de multitudes por sus infinitas posibilidades, al grito de... “no te des por vencido ni aun vencido”, el Red cambió de estrategia, mutó arquero por defensor y el equipo se acomodó mejor. El resultado fue notable ya que se revirtió el marcador terminando el partido, con una ventaja algo exagerada si evaluamos las posibilidades de gol y el "volumen de juego" de ambos equipos.

Calificación

Azul y blanco:

Fer Soria. 7 Buen desempeño, sin estridencias salvo un típico exabrupto fraterno.

Martin 7. Bien, algo lento al final del match, tal vez preocupado por la posibilidad de no llegar a ver “gran cuñado”, programa que dicen lo tiene desvelado.

Loco 6 Tibio con la pelota y con la lengua sólo puteó 65 veces, conocido por su entrega, esta vez ausente, sospechamos que la mucama le puso poca azúcar al nesquik.

Ale Q, 8 En su mejor nivel, afilado con la gambeta y con el llanto, "no me toquen soy Quiroga" gritaba emulando a su ídolo.

Manuel.4 Flojo, gran tipo, repito tipaaaazo, pero de pobre actuación. Se resbalaba, no corría y salvo algún gol inesperado, de pobre rendimiento.

Red:



Diego. 6 Retorno inesperado, panzón, agitado, al borde del infarto pero con la garra intacta, regular menos en el arco, regular más en el juego y alguna jugada dudosa sobre los tobillos del amigo Quiroga (jugada que se repite desde tiempos inmemoriales).

Bocha.7 Jugador particular, corajudo, tozudo y encarador, de marca pegajosa, y sonrisa Kolinos, el único problema es que a veces no sabes si juega en tu equipo o en el contrario.

Rubén 7 Conocido como un buscador...de vertientes, de oportunidades, de milanesas con papas y del arco contrario, esta vez encontró más las milanesas del mediodía que el arco contrario. De todas maneras papel digno.

Nono 8, lo mas parejo del Red, corrió todo lo que pudo y empujó para dar vuelta un resultado que parecía imposible, tal vez contagiado por el mutismo del “loco” habló más de la cuenta.

Ale S 6, Unos centavos por debajo de lo habitual, con la pólvora húmeda (para no decir mojada) intentó solo muchas veces generando brillantes...contraataques.

Finalizó un nuevo encuentro, esto es lo que hay, no se puede pedir mucho más, los jugadores se conocen y exponen con la dignidad habitual sus méritos y fracasos. Se extrañó la presencia de la saeta rubia y del perro rengo, Los quiero en el corazón.

PD: espero que esta crónica sea al menos igual de buena que la que escribió mi doble la semana anterior.

Informó EL GRAAAFICOOOOO, GOOOOOLLLLLLL

Dr. Diego Fernandez Sasso