A ver, Jorge, la cosa
es así. Los muchachos arribaron con el espíritu en alza, en especial Pedrito
por la obtención de ese Supercampeonato, con entusiasmo, que significa tener a
los dioses adentro, y con 12 miembros al banquete celestial. A la vez, el Gran
Brasil dejó en su lugar a los cultores del tiki-tiki. Como corresponde.
¿Qué dice? Ah…es cierto. Aboquémonos a lo nuestro. En
fin, como le dije, una docena de jóvenes dispuestos a girar en la gramilla de
Ocampo. Ajá, sí, un número que perturba el juego bonito de Quiroga, tiene
razón.
Pedro y Fabián de la Rúa organizaron los equipos y se
largó la joda.
Como siempre, azules y rojos en cada bando.
Pedro p’a un coté y el Nono p’al otro.
Celebramos nuevamente la organización de un partido
equilibrado de principio a fin. Notable paridad en el caudal de juego y en el
marcador. Ventajita de un gol para los azules, inmediata reacción roja y daba
vuelta la cosa. Luego los azules que reaccionaban y viceversa a lo largo de
unos 47 minutos.
No me joda. La cifra es exacta. Ya se lo contaré.
El doparti fue entretenido, cambiante, parejísimo, de
hacha y tiza. Destacamos a ambos bandos. Bien parado Carlitos corazón, al igual
que Camilo. Pedro no desentonaba, salvo una salida en falso, y Quiroga
intentaba lucir en el medio. Claro, sí, alto tránsito por allí. Segundo hacía
lo que podía y la largaba a tiempo. El pibe va aprendiendo. ¡Espere! Paciencia.
Por el otro lado los hermanos Márquez luchaban con frenesí, Sergio trataba de
sacare lustre a su carril izquierdo, Fabián al derecho y el Loco anticipaba y
buscaba como delantero neto.
Y si…ciertos vicios se repiten, vio. En un momento dado
volvieron a chillar como loquitas. Que subí, que bajá, que no me rompas las
pelotas, que estaba solo con Javier y para qué seguir hurgando por allí. El
Nono pegó un par de gritos llamando al orden y a seguir. Sí, no crea que a uno
lo escuchan. No nos hagamos ilusiones.
Cuando la cosa estaba que ardía y faltaban 13 minutos, el
Loco giró sobre su pierna derecha, no hubo falta de Pedro y un tirón o desgarro
se produjo a la altura de la ingle. No sea mal pensado, por favor.
Entonces llegó el cambio. Segundo (su hijo) por el Loco e
Iván por la salida de Segundo. Seguimos 6 contra 6, sí.
Y acá se produjo la transformación.
Vea, ese adolescente, o pre-adolescente, llamado Segundo,
sencillamente la rompió. Como si su tono fuese el rojizo. El pibe desafió al
destino, metió gambeta para un lado y para el otro, la pedía, la enganchaba y
la mandaba a guardar. Leasé: hizo sus goles.
Una fiera el pibe.
Y…la crónica le está dedicada. Se lo merece. Sí, fue para
tanto. Fue felicitado y celebramos su desfachatez sobre el final.
Victoria ajustada por un par de goles para los rojos y a
observar por TV el bailongo brasuca.
No, no calificaré, pero al pibe Smith hijo le ponemos 8,
50 putos y lo declaramos Ganador del Premio Chamigo.
Vayamos a las recomendaciones.
Mire esto, don George:
Film: El Graduado, de Mike Nichols. Una joya, no me diga.
Música: Lo que usted elija de Tonny Benett. Duets. ¡Un
lujo!
Libro: Le parece…no, no me parece Jorge. Vayamos por más:
“Pygmalion”, por Bernard Shaw. Imperdible.
Nos despedimos con la frente en alta.
Agradecemos la entrega de cada uno.
Y mandamos un fuerte abrazo a todos.
Ah no, eso se lo dice usted a Nando.
Se agradece, Jorge. Usted es un Embajador del buen gusto.
Autor: Nono.