lunes, 1 de julio de 2013

"La tarde de Segundo"


A ver, Jorge, la cosa es así. Los muchachos arribaron con el espíritu en alza, en especial Pedrito por la obtención de ese Supercampeonato, con entusiasmo, que significa tener a los dioses adentro, y con 12 miembros al banquete celestial. A la vez, el Gran Brasil dejó en su lugar a los cultores del tiki-tiki. Como corresponde.

            ¿Qué dice? Ah…es cierto. Aboquémonos a lo nuestro. En fin, como le dije, una docena de jóvenes dispuestos a girar en la gramilla de Ocampo. Ajá, sí, un número que perturba el juego bonito de Quiroga, tiene razón.

            Pedro y Fabián de la Rúa organizaron los equipos y se largó la joda.

            Como siempre, azules y rojos en cada bando.

            Pedro p’a un coté y el Nono p’al otro.

            Celebramos nuevamente la organización de un partido equilibrado de principio a fin. Notable paridad en el caudal de juego y en el marcador. Ventajita de un gol para los azules, inmediata reacción roja y daba vuelta la cosa. Luego los azules que reaccionaban y viceversa a lo largo de unos 47 minutos.

            No me joda. La cifra es exacta. Ya se lo contaré.

            El doparti fue entretenido, cambiante, parejísimo, de hacha y tiza. Destacamos a ambos bandos. Bien parado Carlitos corazón, al igual que Camilo. Pedro no desentonaba, salvo una salida en falso, y Quiroga intentaba lucir en el medio. Claro, sí, alto tránsito por allí. Segundo hacía lo que podía y la largaba a tiempo. El pibe va aprendiendo. ¡Espere! Paciencia. Por el otro lado los hermanos Márquez luchaban con frenesí, Sergio trataba de sacare lustre a su carril izquierdo, Fabián al derecho y el Loco anticipaba y buscaba como delantero neto.

            Y si…ciertos vicios se repiten, vio. En un momento dado volvieron a chillar como loquitas. Que subí, que bajá, que no me rompas las pelotas, que estaba solo con Javier y para qué seguir hurgando por allí. El Nono pegó un par de gritos llamando al orden y a seguir. Sí, no crea que a uno lo escuchan. No nos hagamos ilusiones.

            Cuando la cosa estaba que ardía y faltaban 13 minutos, el Loco giró sobre su pierna derecha, no hubo falta de Pedro y un tirón o desgarro se produjo a la altura de la ingle. No sea mal pensado, por favor.

            Entonces llegó el cambio. Segundo (su hijo) por el Loco e Iván por la salida de Segundo. Seguimos 6 contra 6, sí.

            Y acá se produjo la transformación.

            Vea, ese adolescente, o pre-adolescente, llamado Segundo, sencillamente la rompió. Como si su tono fuese el rojizo. El pibe desafió al destino, metió gambeta para un lado y para el otro, la pedía, la enganchaba y la mandaba a guardar. Leasé: hizo sus goles.

            Una fiera el pibe.

            Y…la crónica le está dedicada. Se lo merece. Sí, fue para tanto. Fue felicitado y celebramos su desfachatez sobre el final.

            Victoria ajustada por un par de goles para los rojos y a observar por TV el bailongo brasuca.

            No, no calificaré, pero al pibe Smith hijo le ponemos 8, 50 putos y lo declaramos Ganador del Premio Chamigo.

            Vayamos a las recomendaciones.

            Mire esto, don George:

            Film: El Graduado, de Mike Nichols. Una joya, no me diga.

            Música: Lo que usted elija de Tonny Benett. Duets. ¡Un lujo!

            Libro: Le parece…no, no me parece Jorge. Vayamos por más: “Pygmalion”, por Bernard Shaw. Imperdible.

            Nos despedimos con la frente en alta.

            Agradecemos la entrega de cada uno.

            Y mandamos un fuerte abrazo a todos.

            Ah no, eso se lo dice usted a Nando.

            Se agradece, Jorge. Usted es un Embajador del buen gusto.

            Autor: Nono.