miércoles, 25 de agosto de 2010

"Otro muerde el caucho" (Parte 2)

El hombre se aferraba con las pocas fuerzas que le quedaban a su precaria balsa, consciente de que no resistiría mucho más.
Su resignada desesperación era interrumpida, aquí y allá, por un estado de somnolencia que ocupaba una parte cada vez mayor en su nueva y desdichada vida.
Visiones y recuerdos se sucedían en forma incoherente en su cabeza.

Ahora veía una especie de galpón, mal iluminado.
Se oían ladridos de perros y unos sujetos corrían esforzadamente detrás de una pelota de color blanco-grisáceo.
Los veía con toda claridad. Podía distinguir sus rostros, sus gestos, pero no los reconocía.
Las voces eran cada vez más claras.
“¿Te vas a decidir a picar Sergio o te tengo que seguir esperando?,” decía uno de los sujetos enfundados en remera roja.
“Levantá la cabeza alguna vez, por favor!!” gritaba otro sujeto de casaca roja y pancita prominente, mientras miraba hacia el tinglado del precario escenario – aparentemente, hablando consigo mismo aunque el volumen parecía sugerir lo contrario.
El partido era parejo. Los azules jugaban mejor, redoblando sus esfuerzos para atacar y, a la vez, presionar a los contrarios para que no llegaran cómodos a posición de gol.
Claramente, los arqueros en ambos bandos – uno de ellos, con guantes de jardinero – eran improvisados.
Los goles se sucedían. Uno, dos goles de ventaja. Parecía que el partido se quebraba y vuelta a empezar.
Ahora jugaban con una pelota naranja. En la parte final, el equipo Azul sintió el desgaste físico. Le costaba cada vez más salir con claridad del fondo.
Los Rojos se afirmaban. Ahora estaban ellos dos goles arriba.
De repente, sonó un timbre.

Abrió los ojos y se vio rodeado de caras desconocidas.
Sentía un irrefrenable impulso de contar lo que había visto, pero no podía hablar.

Los tripulantes miraban extrañados al náufrago, que abría sus ojos, con el rostro desencajado.
- “Me parece que quiere decirnos algo”
Uno de ellos, movido por la piedad, se acercó al náufrago y éste le susurro algo en el oído.
Se alejó de él, visiblemente sorprendido.
- “¿Que te dijo?”
- “Otro muerde el caucho”

ROJOS

Sebastián: 6,5 puntos. Ofició más que dignamente de improvisado arquero. Como jugador de campo, mostró su despliegue habitual, pero estuvo poco preciso en sus intentos al arco.

Charly: 7 puntos. Mientras la rodilla aguantó, jugó bien distribuyendo el juego desde el fondo. En el arco, cumplió. Aunque no puede dejar de mencionarse el gol de caño de media cancha que se morfó.

Sergio: 7,5 puntos. De menor a mayor. El hombre quería ganar y ganó. En la segunda mitad del partido fue desequilibrante subiendo por la banda izquierda.

Quiroga: 7 puntos. Abasteció permanentemente al Loco y a Sergio y soportó estoicamente las carencias telepáticas de sus compañeros.

Loco: 8 puntos. Subió y bajó todo el partido, y aportó la cuota decisiva de gol para el triunfo de su equipo.

AZULES

Calo: 6 puntos. Cumplió razonablemente como arquero improvisado. Aportó el blooper de rigor, cuando dejó correr un pase al vacío de Charly que terminó en pase a la red.

Carlitos: 7 puntos. Jugó un muy buen partido, con ida y vuelta constante. Al final se quedó sin nafta y su equipo lo sintió.

Martín: 7 puntos. Muy buena tarea defensiva

Nico: 7 puntos. Gran comienzo, desequilibrando permanentemente con gambetas y toques de primera. También aflojó al final.

Ale: 7,5 puntos. En la primera mitad del partido jugó más retrasado. Cuando se adelantó, el equipo Azul ganó en contundencia, pero perdió la consistencia defensiva que le había permitido dominar la primera parte. Para resaltar, los dos goles de atrás de mitad de cancha.

Partido muy peleado, de ida y vuelta, y con más orden del habitual. Escasearon las ya clásicas llegadas “marca Ocampo” de dos o tres jugadores solos contra el arquero rival.
En el rubro arquero, el equipo Azul sacó una pequeña ventaja que se vio reflejada en el marcador.

Salud!
Autor: Calo