martes, 6 de noviembre de 2012

"Juventud, divino tesoro"


“Para poder dormir, habría que saber primero despertar”

“El hielo parece una piedra. El hombre parece un dios. Pero el hombre y el hielo tienen prisa.”

Roberto Juarroz

 

 

            Estamos en el mes de noviembre, a horas de las elecciones presidenciales en EE UU, con Newell’s en la punta, Messi padre y el fallecimiento de un genio en la cinematografía nacional: Leonardo Favio.

            El cronista crónico  se siente cansado y apelará a la brevedad.

            En la presente se anotaron 3 muchachos más jóvenes que los vejetes y sus mañas.

            Apenas llegaron los goleros, éstos irreverentes preanunciaron lo que se venía, disparando shots a quemarropa con llamativa virulencia. ¡Tomá tu mate!

            Fabián junto con Pedrito (creo) organizaron la distribución de las escuadras. Muchachos, mayor sentido de la equidad, entre nos. Dejaron a Rodrigo de un lado, con Pedro al arco, Calo, Maxi y Carlitos. Éstos eran los Azules.

            Del otro coté estaban Simón y Marco, con Nono al arco, Quiroga y Fabián. Éstos los rojitos.

            Presenciamos un cotejo muy bueno, con momentos deslumbrantes, pese a la diferencia técnica en favor de los rojos.

            Se armó un 5-5 con sorpresa inicial, ya que los Azules sacaron 2 tantos en un minuto. Se notaba que no era el termostato real. Los Rojos se vieron tocados en su autoestima y lanzaron ráfagas mortales sin complacencia alguna. El Nono era un jugador más y se afirmaba con Marco y Quiroga al medio. Fabián replegado en el otro lateral y Simón jugando donde la daba la gana, con llamativa soltura.

            Las combinaciones, que contaron con la anuencia de una defensa rival casi inexistente, fueron un deleite para los ojos. Quiroga y sus jóvenes hilvanaron paredes de notable factura. El Nono salía hasta mitad de cancha y Fabián se atrevía a lanzarle otra cucharita a Pedro. ¡Y fue gol! Digamos que  Pedro no tuvo una tarde acertada: se comió ese gol y otros. Calo no sabía cómo detener el aluvión y los demás observaban. Eso sí: contaron con el joven maravilla, nuestro Rodri, quien parecía el Llanero Solitario. El muchacho se armó su festival personal, pese a la férrea marca en zona.

            Al ratito la ventaja escaló a los 4 goles y así se mantuvo el score hasta el final, con ligeras variaciones hasta que los 5 goles de ventaja decretaron el final de una intensa y agobiante jornada.

            Destacamos nuevamente el fair-play, el juego limpio, el juego colectivo de los rojos, la incansable labor de Rodri y muchísimos goles de una variopinta gestación.

            Vayamos a la reseña antes de escribir en sueños:

            Azules:

            Pedro: Lejos del Pedro que todos conocemos. Jugó mejor fuera del arco. Nunca pudo ordenar a su defensa. ¡Falta voz de mando, che!

            5, 50  puntos (y sin chistar) Che Nando, me gusta que no chiste.

            Calo: Superado en el arco y fuera de él. Otro muchacho que llegó con el izquierdo. Valoramos el empuje y el tesón.

            5 puntos.

            Maxi: ¡Lo que corrió este tipo! Intentó siempre, luchó en cada pelota dividida, pero fue superado por la simplicidad y la velocidad del juego contrario. A veces despuntaba lo suyo.

            6, 80 puntos.

            Carlitos: Venía en alza, cosechando Chamigos a rolete. En esta oportunidad, fue irregular su actuación. La garra de siempre, buenas definiciones e intentos que no se concretaron. Hay que levantar la cabeza, Pastichoti. Notable entrega.

            7 puntos.

            Rodrigo: Un lujo. En un par de oportunidades pudo solo contra el resto del mundo. Se movió, la buscó, lo cercaron, se la bancó, insistió e hizo muchísimo. Jugadorazo.         

            8, 40 puntos.

 

 

            Rojos:

            Nono: Otro que estaba en su salsa. Con espacio, abriendo el juego, tapando mano a mano, sufriendo los lanzazos de Rodri y animándose a un tiro de arco a arco que dio en el vértice del travesaño y un palo. ¡Qué susto, Pedro!

            7, 80 puntos.

            Fabián: Claro, cuando el equipo le responde el tipo se siente Gardel. ¡Por eso se animó a la cucharita! Salvo algunos equívocos atrás, el tipo se afincó en su lateral y supo de memoria lo que tenía que hacer. Y lo hizo bien.

            7, 30 puntos.

            Marco: Algún que otro pifie defensivo, pero luego desplegó su juego con fuerza y buenas definiciones. De menor a mayor. Y supo levantar la sabiola.

            7, 90 puntos.

            Quiroga: Un regodeo de paredes, tacos y asistencias. Contó con socios de alto rendimiento.

            8 puntos.

            Simón: La otra figura. Quiebres, enganches, toques rápidos, gambeta, goles y absoluta libertad para hacer lo que quisiese. Partidazo, Simón.

            8, 40 puntos.

 

            Presenciamos un cotejo desigual, pero muuuuuy entretenido. De lo mejor que se ha visto este año.

            Recomendaciones semanales:

            Film: “Corazones abiertos” de Susanne Bier.

            Libro: “A salto de mata”  de Paul Auster.

            Música: “Fuente y caudal” de Paco de Lucía.

           

            El cronista se despide con un fuerte abrazo.

            Jorge: No sabía que te dedicabas a la animación infantil.

           

            Autor: Nono.